Según denunció el propio Parsons al magazine británico Prog, varios individuos han estado subiendo pistas musicales bajo su nombre, aprovechando su notoriedad para obtener reproducciones y visibilidad. En muchos casos, se trataría de grabaciones de baja calidad generadas con inteligencia artificial, que luego son publicadas como si fuesen obras oficiales del artista.
Una variante habitual de esta práctica consiste en etiquetar a artistas conocidos como supuestos “colaboradores”, para que los temas aparezcan en sus perfiles y listas de novedades.
"He sabido que unos cuantos estafadores ingeniosos y sin escrúpulos han estado publicando música en Internet haciéndose pasar por mí”, declaró Parsons. “Han estado acumulando reproducciones, atención e incluso quizá invitaciones a tomar el té bajo mi nombre… Estas flagrantes infracciones no tienen absolutamente nada que ver conmigo"