La interpretación de Val Kilmer marcó un antes y un después en su carrera y en el cine musical. Aunque en su momento la película tuvo críticas mixtas, con el tiempo ha sido reivindicada como una de las mejores representaciones de una banda en la gran pantalla. En un momento en que las biopics no eran garantía de éxito, The Doors apostó por la música y por un retrato sin filtros de una de las figuras más enigmáticas del rock.
Treinta años después, sigue siendo una referencia obligada para los amantes del cine y de la música. Una prueba de que el espíritu de Jim Morrison y The Doors sigue vivo en cada acorde y en cada imagen de esta película legendaria.