“Cuando el material no musical se volvió tan intenso, me quitó parte del placer. Son cosas con las que te despiertas y dices: ‘Dios, no quiero que me hagan una foto hoy. Y no quiero fingir que soy un actor en un video en el que no puedo actuar'”, dijo el músico a la revista Classic Rock.
Sin embargo, reconoció que hubo momentos en los que se sintió muy emocionado: “Me encantaba tocar en Glastonbury y tocar delante de mucha gente y vender muchas copias de discos, pero nunca fue la razón por la que lo hice. Y cuando llegamos al punto en el que decidimos que era el final, se sintió como una gran experiencia compartida”.
“No lo cambiaría, pero no voy a volver a hacerlo”, expresó el multiinstrumentista insistió en que el grupo terminó en el momento adecuado.
Y explicó: “Los dos últimos discos fueron realmente fuertes. Pero sentí que, por muy bueno que fuera nuestro último disco, ya no era nuestro momento. Y tuvimos suerte. En la última gira que hicimos, seguíamos tocando para una gran cantidad de gente. Fuimos a Sudamérica, que era como ser los Beatles. Así que todos sentimos en ese momento que fue un muy buen punto para terminar.