El 21 de marzo de 1983 se publicó ‘The Final Cut’, decimosegundo álbum de la banda británica de rock progresivo publicado en el Reino Unido bajo el sello Harvest. Es el último álbum de estudio en el que participaba Roger Waters y para muchos se trató más del primer álbum en solitario de Waters, que de un disco de Pink Floyd. En efecto, Waters escribió y compuso la totalidad del álbum, mientras que David Gilmour y Nick Mason fueron relegados al rango de simples músicos y Rick Wright ya hacía dos años que había dejado el grupo. El álbum era la continuación de ‘The Wall’, tanto en términos de la atmósfera en general como en el tema principal. Este álbum es el más negro y desesperado del catálogo de Pink Floyd; Roger Waters aborda los temas recurrentes en su obra: la búsqueda de su padre, las angustias, el ejército o la sociedad de consumo. También es un álbum comprometido políticamente: muchas canciones son cargas directas contra Margaret Thatcher y la Guerra de las Malvinas, conflicto surgido unos meses antes.