Redding compuso la canción junto al guitarrista Steve Cropper en el verano de 1967, inspirado por los atardeceres californianos que veía desde una casa flotante. Dos días después de grabarla, el cantante murió en un accidente aéreo junto a otros cuatro miembros de su banda. La canción se publicó de manera póstuma y se convirtió en su único número uno en el Billboard Hot 100.
Más de medio siglo después, Sting volvió a rendirle tributo al grabar su propia versión en el año 2020, destinada a recaudar fondos para la Asociación de Alzheimer. La consigna de esta iniciativa tenía un propósito particular: elegir una canción que él mismo quisiera recordar si alguna vez padeciera la enfermedad. "Fue una elección fácil", explicó. "Esa canción es una obra maestra".
Al revisitarla, Sting mencionó que logró descubrir lo que para él la hacía tan poderosa. "Me obligó a analizarla, a entender su fuerza. Fue un ejercicio de aprendizaje para mí, una manera de recordarla y de rendir homenaje al gran Otis Redding”, concluyó.