“Para mí, no es sólo un álbum. Fue toda una odisea musical alucinante, permanentemente sorpresiva. Había que vejar el material original. Ese fue el primer concepto, en el sentido de no tenerle miedo, poder arrasarlo, darlo vuelta”, destacó Páez sobre la obra.
“Había que probar de alguna forma que no hay discos sacros, intocables, que no se pueden volver a grabar. ¡Sí, se puede! Y es un ejercicio musical maravilloso”, completó sobre la idea de EADDA9223.
“En este nuevo álbum me doy todos los gustos, es una prueba de que la música, aparte de ser un elemento central en la vida de muchas personas, también es una materia con la cual se puede trabajar, jugar, moldear e ir hacia dónde queramos. Creo que es lo mejor que hice, en el sentido de que me di todas las libertades”, aseguró Páez.