El esfuerzo de Freddie no fue en vano: dejó suficiente material para que, tras su muerte y cumpliendo su deseo, el grupo concluyese el último álbum de Queen, que vería la luz cuatro años más tarde: así salió Made in Heaven, publicado el 24 de octubre de 1995, en base a grabaciones inéditas que el cantante había dejado como legado.
Además de sus dotes como cantante, Freddie fue un extraordinario compositor y escribió muchos de los éxitos de Queen, como Bohemian Rhapsosy, Somebody to Love, We are the Champions, Innuendo y Don’t Stop Me Now, entre otros. Junto a la soprano española Montserrat Caballé grabó Barcelona, que fue la canción oficial de los Juegos Olímpicos del 92.
Mercury falleció a los 45 años a causa de una bronconeumonía, derivada de complicaciones del SIDA, enfermedad que confesó padecer un día antes de su muerte. Según su pareja, Jim Hutton, el diagnóstico se lo habían dado después de las Pascuas de 1987, pero Freddie quiso mantenerlo oculto.
Curiosamente, Freddie había nacido el 5 de septiembre de 1946 en la isla de Zanzíbar, entonces un protectorado británico y actualmente parte de Tanzania, Su padre, empleado del gobierno inglés, había sido enviado allí por entonces. En 2005 fue nombrado el mejor cantante masculino de todos los tiempos, según los resultados de una encuesta hecha por medios especializados.