Las plantas de prensado como la berlinesa Intakt llevan años experimentando un aumento de los pedidos. “En los últimos años se ha producido un fuerte crecimiento”, afirma Max Gössler, cofundador de Intakt. Además de los pequeños artistas, explica, son sobre todo los grandes sellos los que hacen pedidos a las grandes prensas. “El mercado estadounidense también está haciendo prensar discos en el mercado europeo desde 2020″, explica Gössler.
Sin embargo, añade, la pandemia de coronavirus en particular provocó cuellos de botella en las entregas. “En algunos casos teníamos un plazo de entrega de doce meses porque todo el mundo reservaba todo en enero para el resto del año. Las plantas de prensado se llenaron rápidamente. Al mismo tiempo, explica, no solo se produjeron cuellos de botella en el suministro, sino también subidas de precios debido a la inflación, de modo que la producción y, como consecuencia, los discos se encarecieron.
Los precios de los discos aumentaron. “Entretanto, la situación está más relajada y tenemos un plazo de entrega de dos a tres meses”, explica Gössler. Los altos precios, sin embargo, se han mantenido: “Tenemos que ver cómo evoluciona la economía, pero de momento no es previsible que el vinilo se abarate”, puntualiza el empresario.
El negocio discográfico se mantiene tan bien que es considerado el tercer segmento de ventas más fuerte después del streaming de audio y el CD. Un vistazo al mercado musical internacional también demuestra que la música de los surcos tiene buena acogida. Por ejemplo, el año pasado se vendieron más vinilos que CD en Estados Unidos por primera vez desde 1987. “En todo caso se trata de una impresionante remontada que comenzó en 2007 y ha continuado hasta hoy, es decir, un crecimiento a largo plazo, no un auge a corto plazo”, subraya la asociación sectorial alemana.