“Cuando la gente piensa en el activismo, siempre piensa que conlleva algún sacrificio, pero yo siempre lo he considerado un privilegio y una oportunidad”, dijo en un discurso pronunciado en 2004 en la Universidad de Emory.
Belafonte llevó a King y al pastor de Birmingham, Alabama, Fred Shuttlesworth, a su apartamento de Nueva York para planificar la campaña de 1963 para integrar la ciudad sureña, notoriamente racista.
Cuando King ingresó en una cárcel de Birmingham, Belafonte recaudó 50.000 dólares -casi 400.000 dólares en valor actual- para pagar su fianza, en una época en que el auge de la música pop aportaba riqueza y estilos de vida fastuosos a muchos artistas.
A pesar de sus frecuentes críticas a las políticas estadounidenses, Belafonte dijo que Estados Unidos “ofrece un sueño que no puede cumplirse tan fácilmente en ningún otro lugar del mundo”, pero que sólo es alcanzable mediante la “lucha”.