Ya en 1990 -y con más de 50 millones de dispositivos vendidos-, existían en el mercado más de 100 modelos de Walkman. Algunos de plástico, otros de metal, algunos resistentes al agua, otros con doble cassetera, e incluso ya existían los que utilizaban energía solar. El Walkman revolucionó al mundo durante más de dos décadas.
En 2003, Sony concluye finalmente en pagarle una suma por regalías a Andreas Pavel, por las ganancias registradas de ventas en Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña, Japón y Alemania -ya que el verdadero padre del Walkman solo lo había patentado en esos países-. En 2010, la empresa decidió finalmente discontinuar su producción. Andreas Pavel sigue vivo hoy en día y reside en Alemania.
El Walkman implicó toda una revolución cultural también por su forma de proponer una democratización en el consumo de la música y las canciones a las que antes solo se solía acceder por la radio o la televisión. Al mismo tiempo, fue una de las bases de lo que serían los smartphones actuales, a través de la masificación de la idea de que un dispositivo tecnológico moderno podía entrar en un bolsillo. De hecho, del concepto del Walkman devino la creación del primer ordenador portátil en 1981 -el Epson HX-20-, y el primer teléfono móvil -el Motorola Dyna TAC 8000 X-, el famoso “teléfono ladrillo” lanzado al mercado en 1983. 50 años después de la creación de Andreas Pavel perfeccionada por Masaru Ibuka, el Walkman es un ejemplo cabal de cómo la tecnología al servicio de la cultura puede modificar los hábitos culturales de las personas para influenciar de manera positiva su imaginario social, lúdico y artístico.