En más de 30 años de carrera y con 15 pasaportes, tomó cerca de tres mil aviones para hacer unas seis millones de millas. Tiene 17 mil horas arriba de un escenario haciendo bailar a decenas de millones de personas en alguna de las 300 ciudades que visitó con sus shows. Tocó en miles de discotecas y festivales, en iglesias, en desiertos, en el Aeropuerto de Buenos Aires, a orillas del lago Nahuel Huapi en Bariloche y en el Teatro Colón; dejando un legado personal y transformando el Progressive House y la música electrónica de una vez y para siempre.